En el pueblo de Pedroso un pueblo muy legendario hay un árbol muy frondoso que dicen es centenario.
Cuando se fundó este pueblo Lo primero que se hiciera Fue plantar aquí ese árbol Para que él lo presidiera. Yo soy un hijo del pueblo Y os pido de corazón Que a este árbol centenario Prestemos mucha atención.
árbol que nadie conoce Fecha de su plantación De un árbol que es centenario Es digno de admiración
árbol tan maravilloso Siempre tan frondoso y grande Cientos de años aquí puesto Como si fuera el alcalde.
árbol sobre los tejados árbol de gran poderío Nunca dijo estoy cansado Nunca dijo tengo frío.
árbol que no se acostaba árbol que tenía vida él siempre nos vigilaba Fuera de noche o de día.
árbol que en la primavera Cuando sus hojas nacían Los niños subían a él Y sus pámpanos cogían
árbol que aunque en el invierno sus hojas no tenía él siempre daba cobijo a las aves que dormían.
árbol que siempre presente En los bailes que se hacían Les daba sombra a la gente Que tanto se divertían. |
A su alrededor bailaba la juventud de este pueblo todo el mundo lo admiraba vecinos y forasteros.
árbol que escuchó de todo A los vecinos y las niñas Solteros y enamorados Y hasta muchas veces riñas.
Por él no se supo nada él nunca hizo una crítica él a todos amaba Y nos daba una sonrisa.
Cuando estaba nevado Tan blanco y tan corpulento Nos ofrecía su musgo Par hacer el nacimiento.
Cuando llegaba el domingo De misa salía la gente Se celebraba concejo él era su presidente.
Hasta un vecino del pueblo Cuando del bar venía Cayo a sus raíces Allí dejo su vida.
Toda su frondosidad Se convirtió en amenaza La gente la cogió miedo No pasaban por la plaza.
La gente ya se pregunta Si el alcalde no lo ve Para decirle a la junta Que esto se puede caer.
Las mujeres van a misa No dejan de murmurar Esta árbol se nos cae en la fragua de Tomás.
Este árbol está mal Esto corre un gran peligro Esto un día se nos cae en la casa de Virgilio.
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El alcalde coge miedo Que esto pudiera pasar Y le pide a los vecinos Que lo vayan a cortar.
Y a la hora de cortarlo Porque peligro corría A unos les daba pena Otros no se atrevían
Lo cortan sin interés Con gracia y con simpatía Los de la peña del burro Los mas valientes de hoy día
Pero al cortarle sus ramas Y ya no había peligro Se dejó un tronco en pie Porque aquel era su sitio.
Cuando lo estaban cortando él hizo una exclamación: ¡de este pueblo de Pedroso siempre seré el anfitrión!
Por eso solemnemente A este pueblo pediría Que nombren un día en su honor Porque él se lo merecía. |