Unos Caminantes: Pascal y Anita

El pasado mes de enero (año 2010) pasaron por el pueblo una pareja de peregrinos que habían hecho el Camino de Santiago, bajaron por Portugal, entraron por Andalucía, subieron por Extremadura, estuvieron descansando en Salamanca y por La Calzada de Medina llegaron al pueblo.

A mucha gente del pueblo le recordó tiempos no muy lejanos, cuando por La Calzada iban en dirección a Medina rebaños de ovejas, vacas bravas, y toda suerte de ganado que o bien iban a los pastos de verano de los Picos de Europa o bien al mercado de Medina. 

En cierta medida nuestro pueblo creció como consecuencia de La Calzada (lo que no se sabe es quien fue primero) Había posadas, mi bisabuela Mari ángela tenía una, estaba donde está la tienda de Pepe y Pili y ocupaba también la casa de mi tía Modesta (conservo el cartel que colgaba de la puerta). 

Los animales paraban en el Corral de Concejo, para los que no lo habéis conocido os diré que estaba donde tiene Andrés la nave, al lado del molino de «Nano» su padre. Aún se conserva una parte donde está el potro de herrar las vacas y los bueyes, nuestros padres recuerdan anécdotas ocurridas allí, por ejemplo: estando herrando una vaca, esta se soltó y al Sr. Gildo al tener la coyunda enrollada en la mano le arrancó el dedo meñique de una mano. O la de aquel Sr. que era mas bien menudo y quedó entre los cuernos de un buey al soltarse del yugo y clavarlos en la pared.

Este potro se puede recuperar como monumento a la memoria de nuestros mayores. Había varias fraguas, la más antigua que se recuerda «las fraguas viejas» estaban detrás de la casa de «Juan Pérez» detrás también de la casa de la Sra. Quica y el Sr. Florián, tíos de Facundo Salgado. 

Cuando era pequeño recuerdo haber oído contar en la fragua de mi tío Eustaquio (cosa que luego mi padre aseguró) que allí paraban entre otras las carretas que iban o venían de Sabadell. Herraban sus caballerías o arreglaban sus carros para proseguir camino. Supongo que habría establos donde resguardar las caballerías durante la noche, y como era costumbre en la época los arrieros pernoctaban junto a los animales para vigilarlos y en el invierno para pasar menos frío, del verano ni hablamos. 

Grandes dosis de nostalgia nos trajeron estos dos caminantes. El dormido espíritu hospitalario de nuestro pueblo salió de su letargo y se puso a disposición de esta pareja, recibieron cobijo ellos, sus caballos su perro y su gato. Alejandro y Auxi se lo facilitaron y avena para los caballos José el hijo de Jose Antonio y Mª Carmen (los del bar El Centro) . A la mañana siguiente prosiguieron camino en dirección a Medina del Campo su intención es llegar hasta Turquíiacute;a.

Amigos Pascal y Anita si alguna vez veis esta pagina, sabed que no solo fue una visita pasajera y circunstancial, fue un grato recuerdo de la historia de nuestro pueblo, despertasteis en mucha gente el dormido sueño de volver a ser lo que éramos.

Gracias y feliz viaje.

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Angel Gómez Carrasco